Quisiera, sin duda alguna, que nada se me pase por alto al contarles los detalles de mi viaje a New York. Empezaré por decir que NY ha sido quizás una de las ciudades que más ha llamado mi atención desde casi un siempre. Así que, ha sido realmente un privilegio recorrer sus calles, mezclarme entre la multitud y aventurarme a sentirla.
Preparé mapas, zapatos deportivos para caminarla, suficiente hidratación, comida, cámaras, GPS y todas las pajas esas que los turistas andan a traer en sus mochilas. Digamos que no fui la excepción. Por supuesto que el primer día "pagué piso", ya que no fue un viaje que lo haya planificado con antelación, fue de esos viajes que simplemente se dan y pues te los debes tomar como se vengan.
Caminé gran parte de Manhattan, y no, no me gustó, me pareció a primera vista una ciudad muy ruidosa, sucia, un mierdero total lleno de ajetreos y de toda la gente corriendo de un lado para el otro porque están a punto de perder el tren, el bus o lo que sea. Y es que aquí, la gente funciona mucho con horarios. Y ahí, en medio de esos "corre corre", estaba Tatiana con sus shorts, sus sneakers, su mochila y su buena actitud.
A duras penas y si pude comer el primer día. Así que mi planificación fracasó, y es ahí donde la aventura recién comienza.
He recreado mi viaje por capítulos, como un pequeño libro dentro de mi blog. Así que, si no te gusta leer, éste es un buen momento para que cierres mi blog y regreses a tu cuenta de Facebook o cualquier otra cosa que te resulte más interesante. Sin remordimientos. Go ahead!