Estaba yo sentada en la capilla de Santa Teresita en la ciudad de Quito, conversaba con Dios y le contaba cómo me sentía y por las cosas que estaba pasando últimamente, le pedía con mucha fe que me guíe a través de sus señales. Con lágrimas en mis ojos le preguntaba: "Dios, quién soy yo?" ... Poco después, salí de la capilla y me predispuse esperar el bus en la parada, de repente... una niña de unos 7 años (totalmente ajena a mí) se me acerca y me pregunta: "Quién eres tú?"
En esta vida, nada es una casualidad...
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