Quito, 08 de febrero del 2015
Recuerdo que ese día desperté cerca de las 06:15am, aún tenía mucho sueño, pero me ganó la emoción de saber que ese día conocería finalmente uno de los lugares que más había querido conocer desde tiempo atrás, la Laguna del Quilotoa. Mis otras dos aventureras son hermanas, las llamaré Miss C. y Miss N., casualmente nos encontramos en la estación del trole porque somos vecinas, me comentaron que también despertaron cerca de las 06:15am. Estábamos tres de cuatro a la espera de un trole que nos lleve hasta el Terminal Terrestre Quitumbe, lo que pasa es que cuando no tienes un vehículo propio para viajar, debes estar dispuesta a encontrar la manera de aventurarte. Nuestra cuarta aventurera, Miss A., nos había estado esperando ya en la Terminal desde hace ya varios minutos, y es que llego a sospechar que fue la más emocionada, puesto que a más de ser la organizadora del viaje, creo que su emoción no la dejo dormir y desde las 04:00am ya estaba en pie lista para salir a aventurarse. Reunidas las cuatro, compramos cerca de las 07:15 nuestros tickets para ir a Latacunga, nuestra primera parada! Una vez allí veríamos la manera de llegar a nuestro anhelado Quilotoa. Entre risas, sueños y charlas nos tomó cerca de una hora y media llegar a Latacunga, nos acompañó un hermoso paisaje donde el Cotopaxi nos maravillaba, esos paisajes que sólo Ecuador nos puede ofrecer. Al arribar al Terminal de Latacunga tomamos otro bus de una tal cooperativa "Vivero". Tras un ligero altercado de mi parte con el señor cobrador de esa cooperativa (debido a que el pasaje al Quilotoa es más caro que viajar de Quito a Latacunga) nos subimos al bus, predispuestas a llegar a como de lugar a tan hermoso cráter. Al subirnos nos abrazó un ambiente de olores autóctonos del lugar al punto de vernos forzadas a abrir las ventanas para respirar, sí, se nota que somos 'citadinas' de la purita capital. Un pregón en honor a alguna Virgen interrumpió nuestro camino y el conductor se vio obligado a desviarse, con calma, mucha calma (creo que bordeó las afueras de Latacunga), pero los corazones de estas cuatro aventureras estaban intactos, aún latiendo de la felicidad porque pronto estaríamos cerca... tan cerca que las sonrisas no abandonaban nuestro rostro. Fue hasta que un rótulo, de esos que el Ministerio de Turismo coloca por doquier con la finalidad de ubicarlo a uno, pero éste no sólo nos ubicó, sino que casi casi nos partió el sentido del humor al "informarnos" que estábamos a más de 65km de llegar a la Laguna del Quilotoa, creíamos que se trataba de un error, pero tras vernos las caras en el mismo bus hora y media después, sabíamos que el MT no jugaba con nosotras. El viaje de Latacunga al Quilotoa estuvo acompañado de paisajes hermosos rodeados de montañas (espero que así sea porque fue lo poco que divise cada que medio medio abría un ojo para ver si ya llegábamos). Eso sí, no me quejo de la carretera, muy impresionante, tanto que estoy segura de que algún día nuestro señor Presidente nos las sacará en cara... y tendrá toda la razón de hacerlo. Cerca de las 10h30am la lluvia nos recibió en la comunidad del Quilotoa, la esperanza volvió a nosotras al saber que estábamos muy cerca, así que optamos por desayunar y tomarnos alguna bebida caliente mientras escampaba. Jamás había sentido tanto frío, ni siquiera cuando subí al Cotopaxi. Cuando dejaba de llover nos alistamos para ir a maravillarnos con ese hermoso cráter, pero nadie nos avisó que habría que descender aproximadamente 7km. No fue reto, en medio de tanto lodazal (y heno de caballo) descendimos y lo hicimos muy bien! Las fotos eran mejores al nivel de la laguna, pues la neblina quedó en las alturas. No dejábamos de maravillarnos con tanta majestuosidad y tanta Creación. Nuestros ojos estaban perplejos y nos sentíamos afortunadas de estar allí. Nos tomó cerca de 20 min descender, y una vez abajo hicimos una divertida sesión de fotos. Ya cuando llegó la hora de ascender nos vimos envueltas en un verdadero reto. Nuestro sentido de sobrevivientes casi nos ababdona y nos costó dolores musculares y respiraciones extremadamente agitadas llegar a la cima, ¡pero lo logramos! entre paradas y descansos, alentándonos y sufriendo porque los caballos subían a gente vagoneta para excursionar en esas empinadas cuestas,; esta vez nos tomó cerca de 40 min llegar a la cima que contra todo pronóstico lo hicimos!
Cerca de las 15h00 nos predispusimos a regresar a Latacunga, así que aguardamos la esperanza de que 'jalando dedo' alguien nos llevaría, finalmente optamos por subirnos a una camioneta de extraña procedencia que por $1 nos llevaría hasta Zumbahua, y una vez allí podríamos coger cualquier bus a Latacunga. Efectivamente llegamos a Zumbahua y esperamos cerca de 10 minutos a un bus que nos lleve (estábamos ya en calidad de bulto y muertas del hambre). Este bus fue menos amigable que el de venida, supongo que hay olores a los que una nunca termina de acostumbrarse. En fin, nos ganaba el cansancio y las ganas de llegar a casa. Dos horas más tarde teníamos la esperanza de despertar en Latacunga hasta que el Sr. cobrador nos informó que el bus estaba varado por daños en los neumáticos (mala noticia y creo que nuestra cara de apestadas fue inevitable) Al incio quisimos hacernos las rebeldes y negarnos a bajarnos, pero terminamos haciéndolo porque seríamos las únicas en quedarse en el bus, y es que al parecer esos daños son comunes, son como un día en trole en la capital (incierto saber si llegas o no a tu destino). No había de otra, ahora sí a 'jalar dedo' y es que funcionó tan bien que en seguida una camioneta paró y aparte de estas cuatro aventureras se subieron unos cinco 'latacunguensenses' más (ya sé que esa palabra no existe). El señor de la camioneta nos dejó a diez minutos (a pie) de la calle principal de Latacunga, donde están las legendarias 'Chugchucaras de Doña Rosita', un lugar que no pueden dejar de visitar si están en Latacunga, Eran cerca de las 17h30 y nosotras recién nos predisponíamos a comer, por no decir 'devorar' esas chugchucaras. Cerca de las 18h00 fuimos al Terminal de Latacunga y estábamos a un respiro (de no ser por el tráfico) de estar en Quito nuevamente. Nuestro punto de partida. ¡Por fin!
Ahora, las recomendaciones de estas aventureras que 'pagaron piso' excursionando en el Quilotoa:
- Infórmense bien antes de ir, googleen todo lo que puedan, no se fíen siempre de lo que otras personas les cuente.
- El clima allí es muy incierto, vayan bien equipados,
- Lleven suficiente hidratación porque el recorrido es largo y duro.
- Lleven comida (no un pollo asado) pero sí uno que otro sánduches, frutas, galletas, cosas como esas.
Espero no pasar por alto alguna otra recomendación que los haga padecer como nosotras lo hicimos. Pero como quiera que fuere, la aventura se trata de eso, aprender y compartir, maravillarse y animar a otros a que se maravillen. Es un lugar majestuoso e inolvidable que no debe faltar en su listado de 'Sitios por conocer en Ecuador' No olviden que All you need is Ecuador y hasta una próxima aventura.
... Siendo cerca de las 22h00 arribamos a nuestras casas. ¡Cambio y fuera!
Tatiana
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Laguna del Quilotoa
Latacunga - Ecuador |